miércoles, 11 de septiembre de 2013

Open Flair en Ingolstadt

El fin de semana pasado, de viernes a domingo, hubo Open Flair en Ingolstadt.

http://www.openflair.net/

El Klenzepark se llenó de actividad: biergartens, puestos de comida, bebida, puestos medievales, conciertos, ... todo estaba lleno de gente pero como viene siendo habitual a las doce de la noche todo chapado.

No importa la cantidad de gente que haya y si la fiesta está en su punto álgido. Las ferias se cierran a las once y media o doce.

Eché de menos la típica tómbola en la que los ositos pilotos y demás bestiario de trapo es rifado al son de una retahila de números. Aquí las tómbolas no existen. Tan sólo he visto las típicas en las que se coge un sobrecito y quizás si está premiado te llevas algo.

Descubrí un juego que no había visto nunca. Un círculo trazado por pequeñas casetillas con una puerta que da al centro del círculo. En el medio piedrecitas de todos los colores. Hay que pagar un euro por coger una piedrecita que se coloca encima de una de las casetillas. Cuando ya están listos todos los que van a jugar y han seleccionado la casetilla que prefieren, se suelta un ratoncillo en el centro del círculo. Este irá a meterse en una de las casetillas que, si ha sido previamente seleccionada, hace que el jugador gane la piedra y un ratoncito de plástico. Si la casetilla por la que se apostó no es la seleccionada por el ratoncito, se gana la piedra.

Los bancos de madera de los biergartens siempre están presentes en cualquier evento que se realice.

La música de lo más variada. Desde música jazz, hasta un concierto de música española, salsa, rock, ... de todos los tipos.

A las doce, cuando se acabó la feria, nos fuimos a la playa artificial que han montado en el klenzepark. Justo en la orilla del Donau, han puesto una terraza con tumbonas y arena de playa y musiquita de una especie de chiringuito.

1 comentario:

  1. Me recuerdas el año en que fui con mis amigos a la Oktoberfest. El primer día estuvimos haciendo tiempo por Munich para llegar cuando la cosa ya estuviera bien. Así que poco después de medianoche nos dirigíamos por fin al parque y... marea humana en sentido contrario. Por suerte habíamos ido para varios días y no volvimos a repetir nuestro error.

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